24 enero 2009

Las clases han sido suspendidas por el temporal


El jueves por la tarde nos llegó a los directores un correo de la Consellería ordenando la suspensión de las actividades lectivas del viernes.

A pesar de la premura y de las intempestivas (nunca mejor dicho) horas a las que se produjo este aviso, nos las arreglamos para ir avisando a los profesores y alumnos en la medida en que pudimos.

En todo caso, lo que no alcanzo a comprender es la manía que tenemos en este país de quejarnos de todo:
  • Si se suspenden las clases, porque se suspenden: "¿Con quién dejo a los niños? Si es que no piensan en los padres. Tenemos que trabajar..."
  • Si no se suspenden, porque no se suspenden: que no ocurra una desgracia a un niño, que no lo caiga una teja o una chapa del tejado del colegio encima... Los responsables estarán siempre en la administración educativa.
Habría que pensar en nuestra balanza de prioridades. ¿Los hijos? ¿Nuestro trabajo? Yo, la verdad, lo tengo muy claro: más vale pasarse de precavido y que no le ocurra a nadie desgracia alguna. La vida de una sola persona vale mucho más que los trastornos laborales ocasionados a miles (en un solo día, todo hay que decirlo).

Me pregunto qué hacen los padres con sus hijos cuando, al levantarse por la mañana, los niños presentan signos de estar muy enfermos (a todos nos ha ocurrido). En esas ocasiones, le dicen al niño "¿Con quién te dejo? Si es que no piensas en tus padres. Tenemos que trabajar..."


P.D.: para el que siga creyendo que el aviso de temporal era exagerado, que lea estas noticias...

... o que eche un vistazo a estas fotos (tomadas por la tarde, cuando el temporal aún no había entrado de lleno en Galicia)...

(...que esto no fuera un colegio o instituto...)








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